Cuando te vas a ir a vivir a
Marruecos tienes la idea de que todo será mucho más barato y que podrás
sentirte rico por una vez en la vida. Pronto descubrirás que no es exactamente
así, que las cosas no son exactamente lo que parecen y que, como tantas cosas
en la vida, depende del tipo de vida que quieras o puedas hacer.
Si quieres vivir como en Europa y
con estándares europeos será bastante más caro que en Europa pero si te
conformas en vivir como ellos todo es mucho más barato pero es otra forma de
vida, es otra cosa.
Cuando digas que no lo entiendes,
te explicarán que es porque no hay clase media, que solo hay ricos o pobres y
tú, que no eres ni una cosa ni la otra, quedarás atrapado en medio entre
precios más altos de lo que estabas acostumbrado y el mercadillo.
Primero la vivienda. Te vas con
la idea de que por fin podrás vivir en una villa con jardín pero pronto
comprobarás que en Rabat o en Casablanca no hay villas per menos de 2.000 euros
al mes sin amueblar. Si lo que buscas es un apartamento con terraza te
sorprenderá que no haya cultura de terrazas, que cueste mucho encontrar un
apartamento con una buena terraza y si lo encuentras en un buen barrio no
bajarás de 1.200 euros. Pero si decides vivir como ellos en un barrio popular
todo cambia y los precios bajan hasta los 200 euros al mes. Tú decides.
Para los muebles si buscas estilo
europeo y estándares europeos todo se complica y es más caro. Aunque siempre
tienes la posibilidad de ir al Kitea que es la versión marroquí del Ikea aunque no es lo mismo. Los precios son algo más
caros y las calidades no son las mismas. Si te decides por los clásicos muebles
marroquíes todo es mucho más barato,
disfrutarás buscándolos, ellos siempre saben un sitio en que los precios son
mejores y, aunque no son para toda la vida ni los acabados son los que te
gustarían, por estos precios no deberías esperar más. Probablemente sea la
mejor opción aunque necesitarás tiempo y algo de paciencia pero tiempo y
paciencia o los tienes o los acabarás teniendo, para esto has venido a
Marruecos.
Lo de los electrodomésticos es curioso. Las
grandes marcas son más caras que en Europa pero siempre hay ofertas aunque tendrás la impresión de que a Marruecos han
enviado todo aquello que en las fábricas europeas no ha pasado el control de
calidad. No te costará demasiado encontrar donde está el defecto. La
alternativa son las marcas chinas de nombres raros y de resultado incierto.
Sobre los alimentos recordar que
este es un país predominantemente agrícola y se nota. Ir al mercado es una
fiesta. Las verduras son su especialidad, están por todas partes y son
espléndidas, las frutas bonitas las han exportado pero aquí son más sabrosas,
siempre de temporada y a muy buen precio. Las legumbres son buenas y baratas.
Las aceitunas y el aceite inevitables. El pescado fresco en la costa será una
agradable sorpresa. Y si quieres ir a un supermercado conocido sus marcas son
algo más caras que en España. Ya sé que suena raro pero es así.
Los restaurantes de comida
internacional no son baratos sobre todo si pides vino que es como si hubieses
sentado a otro comensal en la mesa pero las ensaladas, los tajines y las brochetas
en cualquier restaurante local son buenos y a muy buen precio. Y para carne,
busca el humo de la parilla en la entrada, es un valor seguro.
Lo más barato es la mano de obra.
En un arreglo, una reparación, un trabajo artesanal o un servicio siempre
encontrarás una diferencia importante y te llevarás una alegría.
Al final llegarás a la conclusión
de que todo lo europeo es más caro que en Europa, pero no te equivoques, si has
venido a Marruecos no es para vivir igual que antes, es para descubrir,
aprender y cambiar algunas pautas y si lo haces te deberían cuadrar los
números.
Aviso, en Europa están bajando
algunos precios y aquí están subiendo, Deben ser cosas de la globalización de
la que nadie se escapa.
A veces uno tiene la impresión de
que antes Occidente y los EEUU vivían bien a costa de que los otros vivieran
mal. Unos eran ricos y los otros pobres. Nada nuevo en el horizonte porque
siempre ha sido así. Unos trasformaban y otros ponían las materias primas. Pero
la codicia hizo pensar que había mucho dinero a ganar en China, Rusia, India o
Brasil. Se deslocalizaron las empresas y se abrieron los mercados. Y como con
los líquidos cuando quitas las compuertas, unos bajan y otros suben y ahora
todo se está igualando. Bien para los emergentes que ahora suben pero duro para
los que antes estaban arriba que ahora les toca bajar. Los pobres ya no están
solo en el tercer mundo ahora ya están en el primer mundo.