Los vigilantes de aparcamiento en Marruecos son toda una institución. Al
principio te parecerán pesados pero luego valorarás su utilidad y te
encariñarás con ellos. Son algo así como
los denominados “gorrillas “en España pero organizado y organizados.
En todas las ciudades los encontrarás. Visten normalmente de azul y llevan
un chaleco reflectante que les hace inconfundibles. Te indicarán tu plaza,
pararán el tráfico para que puedas aparcar, te ayudarán en toda la maniobra
señalando hacia a donde y cuanto has de girar el volante, te dirán y darán su
aprobación cuando ya estás bien aparcado y todo con una gran profesionalidad.
El coche está seguro mientras haya un vigilante de aparcamiento. No habrá
robos ni sorpresas porque ellos se sienten responsables del vehículo mientras
esté aparcado. Y cuando te vayas, bajarás la ventanilla y les darás unas
monedas que ellos, con mucha dignidad, aceptarán dándote las gracias. Nunca
miran cuanto les has dado, pero por el tacto ya lo saben.
Esta operación cotidiana te obligará a llevar siempre monedas en el coche
pero ya encontrarás un hueco o rincón para tenerlas a mano. Si no tienes
monedas te sentirás incómodo y en deuda porque él ha hecho su trabajo,
pero no pasa nada y tú ya te preocuparás para que no te vuelva a ocurrir.
Al principio les criticarás pero, poco a poco, te acostumbrarás y acabarás
buscándolos siempre que quieras aparcar.
Todo está más organizado de lo que piensas. El ayuntamiento les señala la
zona bajo su responsabilidad y ellos pagan un canon al municipio por la
exclusividad y por esto nunca verás peleas ni discusiones entre ellos.
Una Orden Ministerial del año 2004 los regula y fija las tarifas. 2 DHS
para los coches de día y el doble por las noches. Aunque lo de las tarifas
también es variable. En Rabat te informarán de que lo habitual es 3 DHS de día
y 5 DHS de noche, pero si has quedado satisfecho con el servicio que te han
prestado siempre podrás darles algo más.
Ahora, con la modernidad, ha venido el conflicto. Los ayuntamientos han
empezado a instalar la zona azul. Los vigilantes de aparcamiento siguen allí.
Los conductores se quejan de que tienen que pagar dos veces por aparcar y
tienen razón. El tiquet de la zona azul y al vigilante del aparcamiento. Los
vigilantes se quejan de que les dejan sin su modo de vida, de que les empujan
al paro y también tienen razón. Y los ayuntamientos están en medio.
El ayuntamiento de Casablanca en la concesión de la zona azul ha impuesto
la condición de que la empresa explotadora contrate a los vigilantes de
aparcamiento pero parece que no es suficiente. Los vigilantes de aparcamiento
se ofrecen para ir a sacarte el tiquet o para limpiarte al coche, pero tampoco
es la solución. Habrá que ver cómo evoluciona el conflicto.
Es un caso más de cómo la modernidad empuja para cambiar lo que funciona en
lugar de cambiar lo que no funciona. Detrás hay unas empresas que ofrecen
la gestión del aparcamiento de pago mediante el sistema de zona azul y prometen
grandes beneficios para la ordenación del tráfico. El ayuntamiento ve una
oportunidad para aumentar sus ingresos y no está dispuesto a desperdiciarla. El
conductor saldrá perdiendo porque ahora pagaba 3 DHS por todo el tiempo de
aparcamiento y pasará a pagar 2 DHS por hora de aparcamiento, aparecerán unos
nuevos vigilantes que no te ayudarán a aparcar y en lugar de preocuparse de que
no te roben en el coche solo velarán para que no sobrepases la hora con el
apercibimiento de una multa y los pobres viejos vigilantes ven peligrar
su forma de vida y quedan abocados al paro.
Una vez más no todo lo nuevo es bueno ni todo lo bueno es nuevo. Pero
es moderno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario