El
decidido impulso del árabe con la independencia, el reconocimiento y la
oficialización del amazingh como idioma de los bereberes, el francés como
lengua de los negocios y la progresiva
incorporación del inglés con las nuevas tecnologías conforman una
curiosa Babel en el Reino de Marruecos. La cuestión de las lenguas es un tema
de permanente debate.
Para
entender este lío habrá que recurrir a la historia. Marruecos era una nación
bereber hasta la llegada de los árabes procedentes del oriente en el siglo VII.
Con los árabes llega el islam, su lengua, la erudición y las nuevas ideas a la
corte y a las ciudades, pero la cultura bereber seguirá viva en el Marruecos
rural.
Al
margen de la limitada influencia de los Reinos de Portugal y de España a los
largo de la historia, será la llegada del protectorado francés en el año 1.912,
con su fuerza cultural y la apertura de
sus liceos y colegios, la que hará del
francés la lengua normal en la administración y en los negocios.
La
declaración de independencia en el año 1.956 supondrá una decidida apuesta por
la arabización del país como afirmación de su identidad nacional frente a la
potencia colonial.
Por
último y siguiendo la tendencia del reconocimiento de derechos de las minorías
frente al los riesgos de la homogenización cultural, la Constitución del año
2011, junto al árabe, reconocerá el carácter de lengua oficial a la lengua de
los bereberes el amazingh.
Este
galimatías se traduce en que el árabe es la lengua de Marruecos, entre otras
razones porque es la lengua del islam y de los musulmanes. Habrá que saber leerlo
para poder leer el Corán y habrá que saber escribirlo porque los carteles, los
libros y los documentos oficiales se escriben en árabe. Otra cosa es la lengua
hablada, el dialecto, que en Marruecos es el dariya y que curiosamente no tiene
consolidadas las reglas de escritura. Dicho de otra manera, en todo el mundo
islámico se escribe y se lee en árabe clásico pero luego cada cual habla su
dialecto que no entienden los demás. Peculiar.
El
amazingh es oficial gracias al apoyo de
múltiples ONG´s y asociaciones culturales que llevan años reivindicándolo como
seña de identidad y afirmación de la diferencia bereber de Marruecos frente a
la hegemonía creciente del árabe. Ahora la pelota está en el tejado del
gobierno islamista para ver qué dirá la tan anunciada ley orgánica que debe
traducir en hechos la oficialización de esta lengua. De momento y en el sur,
podrás ver algún restaurante y comercio para extranjeros rotulado en amazing y
en francés, pero no en árabe para afirmar su personalidad.
El
francés es la lengua de la élite y de los negocios. Las familias que pueden
llevan a sus hijos a los colegios franceses y los franceses tienen en Marruecos
la mayor red de colegios en el extranjero que va desde maternal hasta la
universidad. En el ámbito oficial todos te hablarán del árabe, pero llevan a
sus hijos a los colegios franceses y son
de cultura francófona. Son cosas de la política.
Al
final oirás a los jóvenes hablando en dariya pero intercalando palabras y
expresiones en francés, en español y en inglés. Ininteligible.
La
ventaja es que con este panorama a los jóvenes marroquíes les es especialmente
fácil el aprendizaje de otros idiomas y mientras se discute si árabe, amazingh
o francés, el inglés va haciendo su camino y es posible que de aquí unos años
los jóvenes de uno y otro lado del mediterráneo se entiendan en inglés.
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