Explican que entre los dos
protectorados llegó a haber hasta 150.000 españoles, 80.000 en el protectorado
español, 50.000 en el protectorado francés y 20.000 en el Tánger internacional.
También explican algunas
diferencias que pueden ayudar a entender las distintas valoraciones de los
protectorados y de la convivencia con los marroquíes.
El modelo urbanístico de los
franceses fue el de las “villes nouvelles” barrios separados de las viejas
medinas y de los viejos barrios de las ciudades, mientras que los españoles
optaron por los ensanches a partir de las viejas medinas y junto a ellas, lo
que facilitaba la convivencia y el contacto.
También he oído de que los franceses vinieron
para quedarse, que siempre pensaron que Marruecos sería un departamento más de
la República y que los habitantes les estarían eternamente agradecidos. Todo
muy francés. Mientras que los españoles siempre tuvieron sensación de
provisionalidad, eran conscientes de que aquello no podía ser para siempre y
que algún día iba a acabarse.
Hay quien habla de que los
emigrantes españoles eran gente sencilla lo que reducía las diferencias entre
colonizadores y colonizados en el norte facilitando el contacto y la
convivencia mientras que los franceses eran otra cosa, algo así como más
selectos y distantes.
Luego vino la guerra civil en
España que lo trastocó todo. No hay mucha información pero sabemos que la zona
francesa y Tánger se convirtieron en lugar de refugio de republicanos y que
algunos es posible que huyeran del protectorado español por razones políticas y
se desplazaran hacia el protectorado francés buscando seguridad.
También hubo quien vino a
Marruecos en los años 40 y comienzos de los 50 huyendo de la pobreza. Los años
de la posguerra fueron muy duros en España y no había trabajo mientras que
Tánger y Casablanca estaban en plena actividad y ofrecían muchas oportunidades.
En 1.956 llega la independencia
de Marruecos y la colonia española que había llegado hasta las 150.000 personas
empezó a reducirse. El miedo, la sensación de inseguridad y la incertidumbre
sobre el futuro los empujó a malvender sus pertenencias y buscar otro destino,
otro país de residencia.
En 1.968, es decir, poco más de
una década desde la independencia, los españoles en Marruecos se habían
reducido a 45.000 personas y en 1.970 los datos hablan de 28.000 españoles.
Unos 9.200 en Casablanca, 8.300 en Tánger, 3.400 en Tetuán, 2.000 en
Larache y 1.000 en Nador.
En 1.973 se publica el decreto de
marroquización y recuperación de tierras. Los negocios solo podrán ser
ejercidos por ciudadanos marroquíes. La única posibilidad de continuar con la actividad
mercantil y comercial era asociarse al 50% con un marroquí. Muchos cerraron sus
tiendas y salieron del país. El resto tuvo que buscar un socio marroquí para
poder continuar.
En 1.975 habrá la marcha verde.
Hassan II envía a 350.000 personas y 25.000 soldados en una marcha pacífica
para ocupar el Sahara Occidental aprovechándose de la debilidad del régimen
franquista por la enfermedad del dictador.
Vuelve a aparecer el miedo, la
inseguridad y la incertidumbre de futuro entre la colonia española. Algunos
hicieron las maletas y el censo de españoles en 1.980 se había reducido hasta
10.000 personas. Seis años más tarde, en 1.986 solo quedaban 8.500. Tánger y
Casablanca contabilizaban casi un tercio con 2.500 personas cada una y en
Tetuán eran, estaban o quedaban 1.300.
Aquí conviene no olvidar que con
la llegada de los años ochenta, en España cambiaron las cosas. La llegada de la
democracia, la mejora económica y la entrada en la Comunidad Económica Europea
hacía de nuestro país un destino atractivo para los hijos de los emigrantes que
allí se fueron para no volver.
Y así hasta la llegada del siglo
XXI en que poco a poco primero y más acelerado después, por la la crisis, empiezan a llegar los llamados
“nuevos emigrantes” jóvenes y bien preparados que son desplazados por las
empresas españolas que buscan abrirse mercado en Marruecos….pero esta ya es
otra historia.
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