La
Tánger mítica, cosmopolita, bohemia y canalla ya no existe....ahora es otra
cosa.
Su
historia está vinculada a su estratégica posición a la entrada del Mediterráneo,
a su amplia bahía como refugio de embarcaciones y a que es la fascinante puerta
de África.
Hacia
principios del siglo XX, cuando todas las potencias jugaban a repartirse
Marruecos, Tánger, por su posición, fue declarada zona internacional dando lugar a su época
dorada. Llegaron habitantes de todos los países y de todas las calañas haciendo
de la ciudad un lugar único y excepcional de conspiraciones y negocios al
abrigo de las dos guerras mundiales. Cuando después de la independencia fue
incorporada a Marruecos, se fueron los extranjeros, se fueron los espías, se
fueron las inversiones, se fueron los artistas y se fueron los negocios
entrando en una etapa de decadencia agravada por el abandono de Hasan II.
Ahora
está viviendo una etapa de desarrollo con su nuevo puerto, su nuevo aeropuerto,
su nueva zona franca, el impulso del turismo y un boom inmobiliario de dudoso
gusto. Pero ya es otra cosa.
Para
el alojamiento podemos elegir entre La Tangerina, un riad con encanto dentro de
la medina, el Hotel Continental, un clásico decadente de toda la vida con las
mejores vistas a la bahía o el lujoso Hotel Minzah que es a Tánger lo que la
Mamounia a Marraquetx, el Palais Jamal a Fez o el Tour Hassan a Rabat. Todos
tienen wifi que es lo que hoy pedimos para nuestro alojamiento. Sigue
sorprendiendo que cualquier reserva hecha por internet sea más económica que
llamando por teléfono directamente.
Para
comer recomiendo Le Saveur Mediterranée, cerca del hotel Minzah, bueno y barato
pero no bonito. Nada es perfecto, pero el pescado exquisito y los platos
sorprendentes. No hay carta y sirven lo que hay cada día. Haremos bien en
acordar el precio antes de sentarnos para no tener sorpresas.
Al
final tendrás que ir a la Medina que es donde está lo que has ido a ver y donde
podrás comprar de todo y un poco más. Están todas las marcas de ropa que
fabrican en Marruecos, que nos resultarán familiares y a buen precio. Y para
artículos de piel preguntar por la boutique Kairouane en el 6 de Nuveau
Fontine o por Les Merindes en el 21 de Sebaou.
Fuera
de la Medina está la perfumería Maldini, en la plaza de los cañones que dicen
que es toda una institución. Llevan en el negocio desde 1919 según dice su
tarjeta y el cartel de la entrada y venden las mejores copias de todos los
perfumes del duty free. El catálogo es inmenso con más de cien copias de
perfumes de todas las marcas y el precio no llega a los cinco euros. Dirás que
no son iguales que el original y es verdad, el envase es muy sencillo pero en la
fragancia cuesta encontrar la diferencia. Muy cerca, bajando la calle
Khalid Ibn El Oualid a mano izquierda, encontraremos Alí Souvenirs, de
marroquinería, donde el propietario de cierta edad nos recibirá con una gorra
del ejército español en el mostrador explicándonos que es de la época del
protectorado, con una guía telefónica del año 1953 para que busques los
habitantes que habían con tu mismo apellido y con gran dignidad te dirá que sus
precios son fijos y ajustados y que no admite regateo.
Las
diferencias con Rabat son que aquí las chilabas son muy oscuras y en Rabat
mucho más claras (dicen que es una característica de todo el Rif), que en
Tánger hay más mujeres con la cabeza cubierta (dicen que son las que han venido
del campo a la ciudad), que negocian en euros (es por la presencia de turistas)
y que en la Medina hay más variedad de productos y a mejor precio que en Rabat.
( ser la capital encarece las cosas).
Para
hacerse una idea de la desidia de nuestra administración hacia Marruecos se
recomienda la visita al Teatro Cervantes. Es propiedad del Estado español, está
al pié de la Medina, fue construido en el año 1913, acaba de cumplir cien años
y se encuentra en estado de completo
abandono algo así como un monumento al olvido. Haríamos bien en cederlo a la
ciudad de Tánger para su posible recuperación.
Quizás
el monumento más entrañable y que mejor refleja la historia de nuestra
presencia en la ciudad sea el Hospital General de España. Construido en 1952,
es un inmenso edificio de estilo colonial rodeado de un espléndido jardín.
Cuentan que era de lo más avanzado en su época y que prestaba servicio a los
cerca de 50.000 españoles residentes en aquellos tiempos y hoy es un asilo de
ancianos que acoge a unos 30 españoles
de avanzada edad y en situación de necesidad ,que han visto y vivido todos los
cambios y transformaciones. Se recomienda ir a verlos e intentar hablar con ellos. Invita a la reflexión sobre la relatividad de nuestra existencia.
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