domingo, 13 de enero de 2013

Tánger



La Tánger mítica, cosmopolita, bohemia y canalla ya no existe....ahora es otra cosa.

Su historia está vinculada a su estratégica posición a la entrada del Mediterráneo, a su amplia bahía como refugio de embarcaciones y a que es la fascinante puerta de África.

Hacia principios del siglo XX, cuando todas las potencias jugaban a repartirse Marruecos, Tánger, por su posición, fue declarada  zona internacional dando lugar a su época dorada. Llegaron habitantes de todos los países y de todas las calañas haciendo de la ciudad un lugar único y excepcional de conspiraciones y negocios al abrigo de las dos guerras mundiales. Cuando después de la independencia fue incorporada a Marruecos, se fueron los extranjeros, se fueron los espías, se fueron las inversiones, se fueron los artistas y se fueron los negocios entrando en una etapa de decadencia agravada por el abandono de Hasan II.

Ahora está viviendo una etapa de desarrollo con su nuevo puerto, su nuevo aeropuerto, su nueva zona franca, el impulso del turismo y un boom inmobiliario de dudoso gusto. Pero ya es otra cosa.

Para el alojamiento podemos elegir entre La Tangerina, un riad con encanto dentro de la medina, el Hotel Continental, un clásico decadente de toda la vida con las mejores vistas a la bahía o el lujoso Hotel Minzah que es a Tánger lo que la Mamounia a Marraquetx, el Palais Jamal a Fez o el Tour Hassan a Rabat. Todos tienen wifi que es lo que hoy pedimos para nuestro alojamiento. Sigue sorprendiendo que cualquier reserva hecha por internet sea más económica que llamando por teléfono directamente.

Para comer recomiendo Le Saveur Mediterranée, cerca del hotel Minzah, bueno y barato pero no bonito. Nada es perfecto, pero el pescado exquisito y los platos sorprendentes. No hay carta y sirven lo que hay cada día. Haremos bien en acordar el precio antes de sentarnos para no tener sorpresas.

Al final tendrás que ir a la Medina que es donde está lo que has ido a ver y donde podrás comprar de todo y un poco más. Están todas las marcas de ropa que fabrican en Marruecos, que nos resultarán familiares y a buen precio. Y para artículos de piel preguntar por la boutique Kairouane en el 6 de Nuveau Fontine o por Les Merindes en el 21 de Sebaou.


Fuera de la Medina está la perfumería Maldini, en la plaza de los cañones que dicen que es toda una institución. Llevan en el negocio desde 1919 según dice su tarjeta y el cartel de la entrada y venden las mejores copias de todos los perfumes del duty free. El catálogo es inmenso con más de cien copias de perfumes de todas las marcas y el precio no llega a los cinco euros. Dirás que no son iguales que el original y es verdad, el envase es muy sencillo  pero en la  fragancia cuesta encontrar la diferencia. Muy cerca, bajando la calle Khalid Ibn El Oualid a mano izquierda, encontraremos Alí Souvenirs, de marroquinería, donde el propietario de cierta edad nos recibirá con una gorra del ejército español en el mostrador explicándonos que es de la época del protectorado, con una guía telefónica del año 1953 para que busques los habitantes que habían con tu mismo apellido y con gran dignidad te dirá que sus precios son fijos y ajustados y que no admite regateo.

Las diferencias con Rabat son que aquí las chilabas son muy oscuras y en Rabat mucho más claras (dicen que es una característica de todo el Rif), que en Tánger hay más mujeres con la cabeza cubierta (dicen que son las que han venido del campo a la ciudad), que negocian en euros (es por la presencia de turistas) y que en la Medina hay más variedad de productos y a mejor precio que en Rabat. ( ser la capital encarece las cosas).

Para hacerse una idea de la desidia de nuestra administración hacia Marruecos se recomienda la visita al Teatro Cervantes. Es propiedad del Estado español, está al pié de la Medina, fue construido en el año 1913, acaba de cumplir cien años y se encuentra en  estado de completo abandono algo así como un monumento al olvido. Haríamos bien en cederlo a la ciudad de Tánger para su posible recuperación.

Quizás el monumento más entrañable y que mejor refleja la historia de nuestra presencia en la ciudad sea el Hospital General de España. Construido en 1952, es un inmenso edificio de estilo colonial rodeado de un espléndido jardín. Cuentan que era de lo más avanzado en su época y que prestaba servicio a los cerca de 50.000 españoles residentes en aquellos tiempos y hoy es un asilo de ancianos que  acoge a unos 30 españoles de avanzada edad y en situación de necesidad ,que han visto y vivido todos los cambios y transformaciones. Se recomienda ir a verlos e intentar hablar con ellos. Invita a la reflexión sobre la relatividad de nuestra existencia.


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