domingo, 27 de enero de 2013

Venir a Marruecos



Dicen que los funcionarios que piden ir a Marruecos se pueden clasificar en tres grupos. Los aventureros, los expatriados y los emigrantes.
Los aventureros son los más inquietos, buscan emociones, cambio, descubrir y Marruecos les parece sugestivo para su proyecto vital. Los expatriados llegan huyendo de algo, de relaciones sentimentales  o familiares problemáticas o de situaciones laborales sin salida. Estos olvidan que lo primero que se encontrarán al abrir la maleta son sus problemas,  pero es verdad que la distancia les da otra perspectiva. Y los emigrantes que vienen por dinero,  a ahorrar para poder pagar la hipoteca o para poder dar la entrada de la hipoteca.  No es extraño que algunos vengan por una mezcla de estas razones.
Explican que Marruecos tiene mala entrada y mala salida. Es verdad que cuesta entrar y adaptarse, que los primeros meses y hasta el primer año son difíciles y tienen razón. Todo es complicado, te perecerá que nada funciona o que nada funciona bien y cualquier gestión es un laberinto. Aquí los amigos o compañeros son esenciales porque existe una solidaridad entre los españoles en Marruecos, porque las dificultades unen y te ayudarán a relativizar los problemas porque ellos también lo han pasado. Luego te dirán que se vive  bien y es verdad que se puede vivir muy bien. También te explicarán que al final cuesta irse, que te has acostumbrado y que se te hace cuesta arriba el regreso. Aunque hay quien dice que el último año ya no es lo mismo porque sabes que se acaba y te preocupará el nuevo cambio.
Un buen consejo es cuidar la vivienda, encontrase a gusto en la vivienda porque vas a pasar muchas horas en ella y conviene no olvidarlo. La primera decisión es apartamento o villa. Aquí a los pisos les llaman apartamentos y a las casas, villas. Si vienes solo o en pareja toca apartamento y si vienes con niños y puedes, la alternativa es la villa. El apartamento puede estar en el centro o en los barrios de Agdal o Hassan todos ellos con cafeterías, comercio y servicios y la villa te llevará a barrios más alejados y residenciales. La distancia al lugar de trabajo es decisiva porque el tráfico en hora punta es disuasorio.
El otro consejo es que si puedes, vengas acompañado. La diferencia entre venir solo o acompañado no es despreciable. Compartir “in situ” las sorpresas y las vicisitudes no es lo mismo que tenerlas que explicar a distancia y por teléfono. Pero, en este tema, cada cual está condicionado por sus circunstancias y la compañía si no te la traes ya la encontrarás aquí.


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