viernes, 4 de enero de 2013

Los dátiles en Marruecos






A veces uno tiene la impresión de que algunos marroquíes  se alimentan de dátiles y té a la menta.

Los dátiles además de un alimento son todo un símbolo en Marruecos. Son considerados “benditos” tanto por la religión como por la tradición.

Su nombre viene del griego “daktylos”, que quiere decir “dedo” en referencia a su forma.

Es el fruto de las palmeras que están en los oasis y en el sur del país. En los oasis sólo hay agua y  palmeras que viven del agua y hasta tal punto es así que en aquella zona las poblaciones se miden no por los habitantes sino por el número de palmeras. Es habitual oír hablar de una pequeña localidad de cincuenta palmeras o de un pueblo de dos mil quinientas palmeras.

Vienen de las regiones del sur, se empiezan a recoger a principios de octubre y en Erfoud celebran cada año la feria internacional del dátil que, explican, es todo un acontecimiento. No he podido confirmar la elección de “la reina del dátil” cada año, pero no sería de extrañar. En los mercados de esa localidad y sus alrededores podrás encontrar mermelada de dátil y hasta café hecho con los huesos del dátil troceados y tostados.

Algún vendedor para que te decidas te dirá, con un guiño de complicidad, que el dátil es la viagra de los bereberes.

Hay múltiples variedades. Van desde el amarillo, pasando por el ámbar hasta los casi negros. Los hay pequeños y grandes, tiernos o secos, con piel fina y hasta bastante gruesa. Los precios oscilan entre los 18 dirhams y hasta más de 180 dirhams el kilo.

Están en todos los souks y en todas las medinas, y en algunos puestos la presentación es tan cuidada que es difícil resistirse a fotografiarlos.

Los más apreciados son los dátiles “mejhoul” de color traslúcido y sabor suave, y es tal su textura que procurarás  que se deshagan en la boca durante el mayor tiempo posible.

Aparecen en todas las fiestas. Es impensable una boda sin dátiles y si están rellenos de frutos secos se valorará especialmente. Al finalizar el ayuno del ramadán lo primero que se deberá comer es un dátil.

Pueden aparecer en los tajines y couscous, pero no hay nada como saborearlos solos. Para desayunar ni jalea real, ni complejos vitamínicos, se recomiendan dos dátiles, aunque dicen que el profeta cada mañana comía tres dátiles. Ni dos ni cuatro, solo tres y nunca explicó el por qué.


El dátil en el Magreb es y representa todo un mundo.


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