sábado, 29 de diciembre de 2012

Negociar en la medina



A los europeos nos incomoda esta manera de comprar mediante el regateo porque no estamos acostumbrados pero antiguamente todo era así, todo se negociaba.

La idea que subyace detrás es sencilla. Yo tengo algo que tu quieres y tu quieres algo que yo tengo…hablemos para ponernos de acuerdo. Los economistas lo tienen claro, el precio es el punto en el que se cruzan la oferta y la demanda. No hay un precio fijo y todo dependerá de lo que tú estés dispuesto a pagar y él esté dispuesto a aceptar….El valor de un objeto estará en función de la importancia que tu le des o de la necesidad que tu tengas.

Explican que la implantación del precio fijo es relativamente reciente, que nació, como tantas cosas, en los EE.UU, en un almacén en el que había tantos clientes que era imposible tener un empleado para cada uno. Surgió entonces  la idea de rotular los productos con un precio de referencia y la idea tuvo tanto éxito que nos hemos olvidado del arte de la negociación. No sé si esta historia es verdad pero podría serlo.

Algunos consejos que pueden ser útiles son:

  • -    No olvidar que ellos no tienen prisa, es más, uno tiene la impresión de que les gusta hablar del fútbol, de la familia o de lo que sea aprovechando la negociación, crear un clima amable y amistoso y, poco a poco, entrar en el tema. Tener prisa se paga caro en Marruecos.
  • -   Cuando hayas cerrado un precio ¡cómpralo!...no lo dejes para otro día porque si vuelves, demuestras un especial interés y el precio del día anterior ya no sirve. Ha subido.
  • -     Tu posición saldrá reforzada si enseñas el dinero exacto y añades que es todo lo que tienes, que no tienes más. La vista de los billetes les perturba y les costará mucho renunciar a que vayan a su bolsillo.
  • -     También recomiendan no dar nunca tu precio porque quedarás atrapado y no hay marcha atrás con dignidad. Basta con contestar a su precio diciendo “es caro” y esperar a que vaya bajando hasta el precio que te interesa.
  • -    Hay quien dice que has de dividir por dos el precio inicial, el vendedor te dirá que no ofendido, haces ver que te marchas, él te retendrá con cualquier escusa y entonces y solo entonces, empieza la verdadera negociación.



Con el tiempo llegarás a tener una idea exacta o aproximada de las cosas que te facilitará mucho la vida.

La negociación es un arte y conviene no olvidar que ellos llevan 5.000 años negociando. Sentarse en una tienda de la medina y ver como los marroquíes negocian con los clientes es un espectáculo  pedagógico  e ilustrativo especialmente recomendado.

Nunca digas “me han engañado” porque nadie te ha obligado a nada. Has sido tú quien libremente has aceptado. Aunque siempre te quedará la impresión de que has pagado demasiado o que podías haber rebajado más el precio. La vida es así y no le des más vueltas.


Uno tiene la impresión de que en Marruecos todo es negociable. Es su costumbre. Así pues, antes de encargar algo o de pedir algo cierra el precio si no quieres llevarte sorpresas. Cuesta acostumbrarse pero no queda otro remedio, es su cultura.





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